miércoles, 21 de noviembre de 2018

TERCERO B.PADRE JUAN DE V.


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Pregunta: "¿Qué es la vida eterna?"

Respuesta: 
Cuando la biblia habla de la vida eterna, se refiere a un don de Dios que viene únicamente "a través de Cristo Jesús Señor nuestro" (Romanos 6:23). Este don está en contraste con la "muerte" que es el resultado natural del pecado.

El don de la vida eterna viene a aquellos que creen en Jesucristo, quien es "la resurrección y la vida" (Juan 11:25). El hecho de que esta vida es "eterna", indica que la vida es perpetua, es decir, continua para siempre y sin un final.

Sin embargo, es un error ver la vida eterna como simplemente una progresión interminable de años. Una palabra común del nuevo testamento para referirse a "eterno", es aiónios, que lleva la idea de calidad al igual que cantidad. De hecho, en realidad la vida eterna para nada está asociada con "años", ya que es independiente del tiempo. La vida eterna puede funcionar fuera de y más allá del tiempo, así como puede funcionar dentro del tiempo.

Por esta razón, se puede pensar en la vida eterna como algo que los cristianos experimentan ahora. Los creyentes no tienen que "esperar" para la vida eterna, porque no es algo que comienza cuando mueren. Más bien, la vida eterna empieza en el momento en que una persona ejercita su fe en Cristo. Es nuestra posesión actual. Juan 3:36 dice, "El que cree en el Hijo tiene vida eterna.…". Fíjese que el creyente "tiene" (tiempo presente) esta vida (en el griego también el verbo es un tiempo presente). Encontramos construcciones de frases similares en Juan 5:24 y Juan 6:47. El enfoque de la vida eterna no está en nuestro futuro, sino en nuestra posición actual en Cristo.

La biblia relaciona íntimamente la vida eterna con la persona de Jesucristo. Juan 17:3 es un pasaje importante en este sentido. Jesús ora: "Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado". Aquí Jesús equipara la "vida eterna" con un conocimiento de Dios y de su Hijo. No hay conocimiento de Dios sin el Hijo, ya que es a través del Hijo que el padre se revela a los escogidos (Juan 17:614:9).

Este conocimiento que da vida del Padre y del Hijo, es un conocimiento verdadero y personal, y no tan solo un conocimiento académico. Habrá algunos en el día del juicio que asegurarán ser seguidores de Cristo pero realmente nunca tuvieron una relación con él. A esos falsos maestros, Jesús les dirá, "Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad" (Mateo 7:23). El objetivo del apóstol Pablo fue conocer al Señor, y él relacionó ese conocimiento a la resurrección de entre los muertos: "a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos" (Filipenses 3:10-11).

En la nueva Jerusalén, el apóstol Juan ve un río que fluye desde el trono de Dios y del cordero", y "a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida…y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones" (Apocalipsis 22:1-2). En el Edén, nos rebelamos contra Dios y fuimos desterrados del árbol de la vida (Génesis 3:24). Al final, Dios por su gracia restaura nuestro acceso al árbol de la vida. Este acceso se logra a través de Jesucristo, el cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Juan 1:29).

Ahora mismo se invita a cada pecador a que conozca a Cristo y reciba la vida eterna: "Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente" (Apocalipsis 22:17).

¿Cómo puede usted saber que tiene vida eterna? Primero que todo, confiese su pecado delante de nuestro santo Dios. Luego, acepte el salvador que Dios ha provisto por usted. "Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo" (Romanos 10:13). Jesucristo, el Hijo de Dios, murió por sus pecados, y resucitó al tercer día. Crea estas buenas nuevas; confíe en el Señor Jesucristo como su salvador personal, y será salvo (Hechos 16:31Romanos 10:9 -10).

Juan lo dice de manera muy sencilla: "Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida" (1 Juan 5:11-12).



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